Sunday, May 25, 2008

Migração é crime?

Ventos sombrios sopram pela Europa, um continente forjado pelo fogo das guerras e pelas lágrimas do adeus aos emigrantes e refugiados que de lá partiram, buscando sua sorte em outras paragens. No Brasil, inclusive.
O desenvolvimento europeu, contudo, trouxe consigo o vírus da discriminação, por que alguns se deixaram contaminar. Agora, o que se discute é a criminalização da imigração. Ser imigrante indocumentado é crime, punido com cadeia! Se analisarmos com mais cuidado veremos que, se for assim, o indivíduo será punido por não ser nacional daquele país. Uma brutal discriminação pela origem, rechaçada por todas as constituições de países liberais democráticos. Como se pode compatibilizar isso? E todos os princípios que nos orientaram a educação? De que valem? E todo o sangue europeu que correu pela aplicação de leis raciais, cujo fundamento não é diferente das que se apresentam criminalizando a imigração de sem papéis?
Abaixo transcrevo um artigo publicado por Lluís Bassets, articulista do espanhol El País.

23 mayo, 2008 - Lluís Bassets

Responsabilidad de proteger

Detenciones indefinidas sin control judicial. Delito de inmigración. Agravante de inmigración en caso de comisión de un delito. Europa se ha construido, en los últimos cincuenta años, a partir de una doble mirada: hacia el futuro deseado de su unidad política y económica y hacia un pasado sombrío y cruel que no queremos repetir. Los campos de concentración, las deportaciones, los refugiados, los ciudadanos apátridas rechazados de un lado para otro, pertenecían a una época oscura, en la que la fuerza se impuso sobre el derecho, y la dictadura sobre las libertades. Para que no se repitiera todo aquello, todo esto, para que las naciones europeas no regresaran al camino de la exclusión del otro y de la violencia se inventó la Unión Europea y el Consejo de Europa.

A veces no nos damos cuenta de que algo similar ha sucedido con la democracia española. La esperanza proyectada hacia el futuro y el miedo de no regresar al pasado han sido los motores que han llevado a la estabilidad y a la democracia, a la mejor etapa de paz y prosperidad de nuestra historia. Pero de pronto, empiezan a llegar unos dirigentes y unos partidos que no tienen memoria ni quieren tenerla, que ni se proyectan hacia el futuro ni les importa un bledo el pasado. Viven una especie de eterno presente, mediático y evanescente, una espuma hecha de frivolidad y codicia que les impide ver más allá de sus narices. Kohl y Mitterrand se lo decían entre ellos mismos muchas veces. ¿Qué será de Europa el día en que nadie tenga ya el recuerdo vivo de lo que fueron aquellos tiempos de guerra civil europea?

Estos tiempos ya han llegado. Ahí están esos demagogos italianos, dispuestos a atizar las peores pulsiones para obtener el poder y sacarle todo el provecho posible. Los gitanos europeos se hallan ya estigmatizados, incluidos los gitanos italianos, a los que se les ha convertido en asimilables a extranjeros y a inmigrantes. Los europeos pertenecientes a la Unión Europea menos favorecidos, como los rumanos, también han quedado incluidos en este grupo de malditos. Todos los inmigrantes extraeuropeos detrás suyo. Hace unos años alguien en Francia habló de la lepenización de los espíritus para explicar la súbita fiebre identitaria y antiinmigración que se expandió por todo el arco parlamentario, izquierda incluida. Ahora habrá que hablar de lepenización de la política y del derecho.

Algo está funcionando mal, pero que muy mal, para que se haya llegado a este punto, en el que hay numerosas personas que se encuentran en situación de gran vulnerabilidad y de peligro para sus derechos más elementales. La UE se ha hartado de hablar de la responsabilidad de proteger referida a los genocidios, catástrofes, hambrunas y situaciones de miseria en los países pobres. Ahora tenemos dentro de Europa mismo una población fragilizada y amenazada que deeb suscitar de todos los socios y de los ciudadanos esa responsabilidad para protegerlos tantas veces invocada. Y tenemos también dentro de Europa un país, Italia, cuyo Gobierno concibe una legislación que no pueden admitir las Constituciones democráticas de sus Estados (en ningún caso la española, por supuesto), tampoco la carta de Derechos Fundamentales, ni las Convenciones Europeas de Derechos Humanos. Lo que propone Berlusconi no le permitiría ni siquiera pedir el ingreso en la UE si fuera un país candidato, según los famosos criterios de adhesión de Copenhague.

Y todo esto inspira a los 27 socios para armar una Directiva de Retorno que consagrará unos plazos de detención inadmisibles y sin el adecuado control judicial, y que deja en situación de gran fragilidad a los inmigrantes insuficientemente documentados que intenten ingresar en Europa. Es de esperar ahora que los parlamentarios europeos tengan la decencia de actuar bajo la disciplina de la responsabilidad de proteger y no de las directrices emanadas de sus grupos políticos, y que respondan a esta Directiva de la Vergüenza con un rechazo de las actuales políticas de detención prolongada y sin control judicial practicadas por gran número de estados europeos.

Fonte: Del Alfiler al Elefante

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